“Administrativización” versus Personal Docente e Investigador

CSIF denuncia que las administraciones exigen al Personal Docente e
Investigador (PDI) de las universidades españolas un alarmante incremento de
requisitos burocráticos y administrativos, no solo para su desarrollo
profesional, sino también para el propio ejercicio de sus funciones básicas
(docencia, investigación, transferencia y gestión). Esas exigencias
comprenden la compilación de abundante información y la posterior puesta en
formato administrativo de la misma. Paradójicamente, la era de las
tecnologías de la información ahoga de “papeleo administrativo” al PDI de
las universidades españolas.

De todos es conocido que la burocracia paraliza  la investigación
científica en nuestro país. No hace falta más que ver la complejidad que
genera, por ejemplo, la «Ley de contratos», la tramitación de los proyectos
de investigación y la justificación de los mismos. Además, las buenas
prácticas de la UE en lo referente a la  financiación de la investigación
chocan con el lastre de la farragosa gestión de sus proyectos que recae
siempre en las horas extras del Personal Docente e Investigador.

Estas marañas administrativas, distan mucho de estar limitadas al ámbito
investigador y se extienden sin complejos al campo de la docencia.
Valga
como ejemplo que una solicitud de nuevos estudios tiene una carga
administrativa desproporcionada en relación a la necesaria gestión del
proceso. Resulta evidente que el PDI no cuenta para este asunto con la
salvaguarda de quien debiera ser primer ente interesado, su empleador. Las
universidades están ensimismadas, desbordadas, carentes de cualquier
capacidad resolutiva en este aspecto.

La perversión acontece cuando, para poder ejercer/promocionar como profesor
universitario, se exige al PDI que realice «Gestión» sin que conste ninguna
definición de la misma en la web de la ANECA, agencia encargada de las
acreditaciones que vienen a ser la puerta al ingreso/promoción del PDI en
las universidades. La ANECA evalúa la experiencia en «Gestión y
Administración» a través de la ostentación de cargos/puestos de
representación, ya sean estatutarios o asimilados.
La ANECA no entra por
tanto en unas tareas que deberían estar reguladas o, por lo menos,
categorizadas y limitadas.

Un agravante de la indefinición citada, es que a este mérito de gestión
evaluado por ANECA no le acompaña ningún «indicador de calidad»
. En
definitiva ¿no es ésta indefinición la culpable del «todo cabe» ante la que
sucumbe la productividad docente e investigadora del PDI? Y aún más
acuciante ¿no apunta esta falta de límites a que se tienda a considerar que
cuanta mas (gestión-administración) mejor? No podemos olvidar que al
problema de la indefinición, se le añade el de la heterogeneidad y
complejidad de los procesos administrativos asociados a la gestión.

Desde CSIF creemos que el PDI no debería estar abocado a una absurda
carrera de obstáculos administrativos  en la que consume grandes cantidades
de esfuerzos y recursos.
Por el contrario, deberían dedicar su tiempo a
supervisar el progreso de sus estudiantes y a diseñar proyectos que nos
ayuden a conocer mejor nuestro entorno, a nosotros mismos y a contribuir a
transformar nuestra realidad en algo mejor.

Como pautas para salir de este atolladero, CSIF propone entre otras
medidas:

  • Realizar un diagnóstico que permita calibrar hasta qué punto las trabas
    administrativas suponen una merma en la productividad docente-investigadora
    del PDI.
  • Eliminar la burocracia sobrante y exigir una simplificación máxima de todo
    proceso de gestión al que se enfrente el PDI.
  • Definir claramente lo que son tareas de gestión y lo que son tareas
    administrativas.
  • Incrementar las plantillas de Personal de Administración y Servicios en
    puestos/ tareas de apoyo directo a docencia e investigación.

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