* La tasa de éxito por el momento es de un exiguo y denigrante 44,08%.
* Ha fallado el procedimiento, la comunicación y la transparencia.
* No ha habido protocolo único y sí una evaluación de criterios injusta, especialmente en áreas multidisciplinares.
* ¿Dónde queda el proyecto piloto y los criterios amplios y genéricos? ¿Han primado más condicionantes económicos?
* Los criterios e instrucciones de las evaluaciones deberían ser públicos y conocidos a priori.
El sindicato ha pedido que:
* en la próxima reunión del Pleno de la CNEAI del 14 de mayo de 2020 se tenga en cuenta el carácter piloto de este sexenio y sean flexibilizados los criterios para conceder las evaluaciones positivas.
* en los recursos que presenten los interesados con resoluciones negativas se tengan en cuenta los mismos criterios flexibilizadores.
Texto íntegro presentado por CSIF a la ANECA:
“El pasado 16 de abril de 2020 la Directora de ANECA comunicaba las principales cifras derivadas del proceso de evaluación del sexenio de transferencia de la convocatoria de 2018.
En resumen, venía a señalar que se habían presentado 16.844 solicitudes, siendo resueltas en diciembre de 2019 1.896 expedientes, de los cuales 1.201 tuvieron resolución positiva y 695 tuvieron resolución negativa, es decir, un 63,34% y un 36,65%, respectivamente. De los 14.948 expedientes pendientes, se han evaluado 10.715 (que son los de la indicada segunda tanda), de los cuales 6.363 han obtenido valoración negativa (el 59,39%) y el resto, 4.352, valoración positiva (el 40,61%). La siguiente reunión del Pleno de la CNEAI tendrá lugar, también de manera virtual, el próximo jueves 14 de mayo. Para esta fecha todos los expedientes habrán quedado resueltos.
Ante estos datos desde CSIF queremos manifestar las siguientes cuestiones:
1ª.- El procedimiento de resolución del sexenio ha sido totalmente caótico y falto de cualquier sensibilidad hacia quienes han presentado las solicitudes, dilatando en exceso las resoluciones, de manera que casi un año y medio después aún no está resuelta la totalidad de la convocatoria, sometiendo a los interesados a una espera realmente inasumible en cualquier procedimiento administrativo que merezca el calificativo de serio y útil para el administrado.
Además, la comunicación hacia los interesados ha brillado por su ausencia, debiendo ser desde los agentes sociales, y particularmente CSIF, quienes hemos tenido que estar preguntando y quejándonos sobre los retrasos en el proceso de evaluación.
2ª.- Las cifras ofrecidas no pueden ser más descorazonadoras para los investigadores del sistema universitario español, y si ya las de diciembre no eran buenas situadas en un 63,34% de positivos y un 36,65% de negativos, las ofrecidas en el mes de abril no pueden ser peores, aunque igual las que se deriven del 14 de mayo de 2020 convierten en buenas si se mantiene la corriente de las recientemente publicadas.
Además, hay que tener en cuenta que, en esta convocatoria, no se evaluaba un periodo corto de tiempo sino toda la trayectoria de transferencia, desde el inicio de la carrera investigadora de cada solicitante, lo que hace más incomprensible los bajos porcentajes de evaluaciones positivas.
En efecto, la tendencia se ha dado la vuelta y el porcentaje de resoluciones negativas es del 59,39% y las positivas del 40,61%, de manera que, si se miran los datos globales de las 12.611 solicitudes evaluadas, solamente 5.558 han sido positivas y 7.052 negativas, con una tasa de éxito del 44,08%.
Además, si los datos se toman por campos científicos, muy pocos superan el 50% de resultados positivos, los mejores son los campos de Ingeniería Informática con el 52,91% e Ingeniería Electrónica del Sistema con el 52,59%, mientras que los más bajos apenan superan el 30%, Física y Matemáticas 32,19% y Ciencias Económicas 33,65%.
Dichas cifras hablan por sí solas de la decepción que las mismas provocan en el profesorado universitario español que, una vez más, ve defraudados sus esfuerzos frente a una convocatoria que tantas expectativas había levantado, de ahí el gran número de solicitudes presentadas, y que podía servir para poner en valor la excelencia, tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo, de los investigadores españoles. Sin embargo, la consecuencia va a ser la contraria, más desánimo y frustraciones para ellos.
3ª.- Desde CSIF queremos recordar que tanto la Resolución de 14 de noviembre de 2018, de la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora, por la que se publican los criterios específicos aprobados para cada uno de los campos de evaluación (Transferencia del Conocimiento e Innovación), como la Resolución de 28 de noviembre de 2018, de la Secretaría de Estado de Universidades, Investigación, Desarrollo e Innovación, por la que se fija el procedimiento y plazo de presentación de solicitudes de evaluación de la actividad investigadora a la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora (Anexo punto 1) establecían esta convocatoria como un Proyecto Piloto.
Además, la Resolución de 14 de noviembre de 2018, de la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora, por la que se publican los criterios específicos aprobados para cada uno de los campos de evaluación, al establecer dichos criterios lo hizo de manera amplia y genérica.
Al ser una experiencia piloto, los asesores externos deberían haber tenido la suficiente ductilidad y flexibilidad como para entender que, en muchos Campos Científicos, esta es una materia que no está lo suficiente aquilatada como para tomar consciencia de unos criterios genéricos, válidos y admitidos por todo el mundo, pues el alcance de cuánto debe ser considerado como transferencia de conocimiento varía sustancialmente de unos Campos a otros.
Por otro lado, la evaluación de los criterios de transferencias asociándolos al Área de Conocimiento del solicitante es, en muchos casos (especialmente en áreas multidisciplinares), injusto puesto que los méritos de transferencia aportados han sido valorados de forma distinta atendiendo al Área.
Además, en las resoluciones negativas documentadas se aprecia claramente que no se seguía un protocolo único a la hora de la evaluación de los méritos aportados ya que se han dado múltiples casos de coautores de una misma aportación (con un mismo índice de participación en ella) han recibido puntuaciones que alcanzan hasta varios puntos de diferencia en esa aportación, incluso perteneciendo los coautores a un mismo Área de Conocimiento y habiendo sido evaluados por la misma Comisión de Evaluación.
Por todo ello desde CSIF pedimos a la Directora de ANECA:
1.- Que en la próxima reunión del Pleno de la CNEAI del 14 de mayo de 2020 se tenga en cuenta el carácter piloto de este sexenio y sean flexibilizados los criterios para conceder las evaluaciones positivas.
2.- Que en los recursos que presenten los interesados con resoluciones negativas se tengan en cuenta los mismos criterios flexibilizadores.
Y todo ello para dar debido cumplimiento a lo dispuesto en la propia Resolución de 14 de noviembre de 2018, de la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora, por la que se publican los criterios específicos aprobados para cada uno de los campos de evaluación en la que, y se cita literal, se señala: “La CNEAI, consciente de la importancia que para el futuro del país tiene la innovación y la transferencia a las empresas o a otros agentes sociales de los resultados de investigación obtenidos en las Universidades y en los Organismos Públicos de Investigación, ha considerado reformular, inicialmente con carácter experimental, el marco de evaluación de las actividades de transferencia del conocimiento e innovación. Con esta iniciativa, se pretende promover dinámicas y políticas de incentivos en las universidades y centros de investigación, en el plano de la transferencia, la innovación y la difusión del conocimiento hacia todo tipo de actores sociales. Esta evaluación se podrá aplicar a todas las áreas de conocimiento, puesto que en todas ellas se pueden llevar a cabo acciones de este tipo”.