Su falta de rigor, sus contradicciones y sus retrasos lo han revelado como un auténtico fiasco
- La tasa de éxito alcanzó un exiguo y denigrante 42,47%.
- Ha fallado el procedimiento, la comunicación y la transparencia.
- No ha habido protocolo único y sí una evaluación de criterios injusta y contradictoria, especialmente en áreas multidisciplinares.
- No se han cumplido las expectativas generadas ante un proyecto piloto.
- Han primado más los condicionantes económicos que los anunciados criterios amplios y genéricos.
- Seguimos sin conocer los criterios e instrucciones de las evaluaciones.
Para CSIF, el procedimiento de resolución del sexenio ha sido totalmente caótico y falto de cualquier sensibilidad hacia quienes han presentado las solicitudes, dilatando en exceso las resoluciones, de manera que más de un año y medio después, por fin, se resuelve la totalidad de la convocatoria. Los profesores e investigadores afectados se han visto sometidos a una espera realmente inasumible en cualquier procedimiento administrativo que merezca el calificativo de serio y útil para el administrado.
La comunicación hacia los interesados ha brillado por su ausencia, debiendo ser desde los agentes sociales y, particularmente desde CSIF, quienes hemos tenido que estar inquiriendo y denunciando las diversas vicisitudes del proceso de evaluación.
Las cifras ofrecidas no pueden ser más descorazonadoras para los investigadores del sistema universitario español ya que mirando los datos globales de las 16.151 solicitudes evaluadas, solamente 6.859 han sido positivas y 9.292 negativas, con una tasa de éxito del 42,47%.
Además, hay que tener en cuenta que, en esta convocatoria, no se evaluaba un periodo corto de tiempo sino toda la trayectoria de transferencia, desde el inicio de la carrera investigadora de cada solicitante, lo que hace más incomprensible los bajos porcentajes de evaluaciones positivas.
Además, si los datos se toman por campos científicos, muy pocos superan el 50% de resultados positivos; los mejores son los campos de Ciencias de la Naturaleza y Química y, por el contrario, los peores resultados son para Arquitectura e Ingeniería Civil, Arte y Humanidades, y Ciencias Sociales y del Comportamiento.
Dichas cifras hablan por sí solas de la decepción que las mismas provocan en el profesorado universitario español que, una vez más, ve defraudados sus esfuerzos frente a una convocatoria que tantas expectativas había levantado, de ahí el gran número de solicitudes presentadas, y que podía servir para poner en valor la excelencia, tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo, de los investigadores españoles. Sin embargo, la consecuencia va a ser la contraria, más desánimo y frustraciones para ellos.
Desde CSIF queremos recordar que tanto la Resolución de 14 de noviembre de 2018, de la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora, por la que se publican los criterios específicos aprobados para cada uno de los campos de evaluación (Transferencia del Conocimiento e Innovación), como la Resolución de 28 de noviembre de 2018, de la Secretaría de Estado de Universidades, Investigación, Desarrollo e Innovación, por la que se fija el procedimiento y plazo de presentación de solicitudes de evaluación de la actividad investigadora a la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora establecían esta convocatoria como un Proyecto Piloto.
Además, la Resolución de 14 de noviembre de 2018, de la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora, por la que se publican los criterios específicos aprobados para cada uno de los campos de evaluación, al establecer dichos criterios lo hizo de manera amplia y genérica.
Por otro lado, la evaluación de los criterios de transferencias asociándolos al Área de Conocimiento del solicitante es, en muchos casos (especialmente en áreas multidisciplinares), injusto puesto que los méritos de transferencia aportados han sido valorados de forma distinta atendiendo al Área.
Además, en las resoluciones negativas documentadas se aprecia claramente que no se seguía un protocolo único a la hora de la evaluación de los méritos aportados ya que se han dado múltiples casos de coautores de una misma aportación (con un mismo índice de participación en ella) han recibido puntuaciones que alcanzan hasta varios puntos de diferencia en esa aportación, incluso perteneciendo los coautores a un mismo Área de Conocimiento y habiendo sido evaluados por la misma Comisión de Evaluación. Con este escenario, no es de extrañar que proliferen los recursos de alzada presentados por profesores e investigadores universitarios.
Por último, CSIF denuncia que todavía hay universidades que están demorando el pago del sexenio de transferencia y que no lo consideran para minorar docencia en los Planes de Ordenación Académica.